Sevillano de Las Cabezas de San Juan, desde donde marcho para convertirse en un ciudadano del mundo, pisando los cinco continentes en busca de sensaciones que pudieran ser materia para su obra. Un incansable viajero desde el Sudeste Asiático al África Septentrional, de París a Tokio, pasando por Sevilla y las penas andaluzas. Desde 1.965 ha realizado exposiciones individuales y colectivas de gran prestigio; cuyos galardones y premios dan muestra de ello.
En sus obras, presenta una frecuente técnica mixta de extraordinaria pulcritud. Su pintura figurativa, alegre y cabal, es una pintura social y andaluza. Posee el don de la originalidad, tanto que su expresionismo pictórico, llevado a cabo a través de sus pinceladas fuertes y serenas a la vez, crean una bella atmósfera de luz y color, estableciendo un estilo diferente de pintar. Gran calidad tienen sus dibujos, realizados a plumilla y mancha de tinta china. Y es en sus grabados donde hay una labor delicada, con trazos firmes y apretados.
Llama poderosamente la atención su temática, alentando la realidad cotidiana en sus facetas más entrañables, centradas en la representación de personas reales; el hombre y la mujer en su tercera edad. Pero también la humildad de los guardabarreras, abandonados, aislados. Composiciones melancólicas que nos acerca a esos edificios heridos por el tiempo y olvidados por los viajeros. Y nos muestra un respeto profundo hacia su propia biografía sentimental. Se convierte su obra en un pilar indiscutible cuando se trata de ensalzar el mundo del flamenco, donde une profesión y devoción.
Con esta exposición se recopila parte de cincuenta años de pintura, oleos, dibujos y grabados que reflejan el alma profunda del artista, permitiendo al espectador, distinguir al primer golpe de vista, el particular estilo y toda la obra de Fernando Bravo.
”De plata la Yerbabuena y de oro fino el Cantar:
¿Donde está y cuantas fueron las Cabezas de San Juan?...”
Antonio Murciano